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viernes, 11 de mayo de 2012

III CONCURSO DE CUENTOS BIMA "SOMOS LIBRES"

La Macomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe ha organizado el tercer concurso de cuentos BIMA ( Bibliotecas Municipales del Aljarafe), donde nuestra compañera MARINA ESPINOSA GONZÁLEZ ha participado consiguiendo EL PRIMER PREMIO.
¡ ENHORABUENA MARINA!
Aquí os dejo el cuento original:
                                                 



DÍAS EN LA CÁRCEL.

No sé ciertamente cuanto tiempo llevaré aquí. Desde que los jueces me dieron por culpable, he tenido que despedirme de mi familia, de mi vida, de mi libertad.....  En el otoño miro angustiado como los árboles se desprenden de sus hojas, dejando desnudas las ramas para que los pájaros hallen reposo en ellas. En el invierno, tras las rejas de mi ventana, blanca nieve veo caer tapando los huecos que las hojas dejaron. Cuando llega la primavera, los niños se acercan al acampo a jugar, todo florece y lo verde vuelve a brotar. El verano, acalorado entre los muros de mi celda, grises, tristes..... Así van pasando año tras año.... El calendario va perdiendo hojas, mi vida días,.... Mi familia ya no vienen a verme, estoy solo. Aquí mis compañeros de celda son una silla, una cama y un cubo para las heces. Es algo muy duro perder tus ilusiones, las cosas en las que creía, en las que soñabas....
La tristeza se va apoderando de mi corazón, volviendo mi sangre negra, como el suelo que ahora piso.
Todos los juicios por los que he pasado no son más que acusaciones sin motivo, sin base y sin dignidad. Los corazones de los jueces están envueltos por una red de incomprensión, de frialdad,de mal...
A través de los barrotes, la mente vuela sin límites, hasta que se cansa y vuelve al nido donde espera la muerte sin remedio. Me han dado la noticia de que me han condenado a la silla eléctrica. Las lágrimas que derramas se van friendo junto a la sangre en un sinfín de dolor. No me queda mucho de vida. La existencia se va consumiendo como la llama de una vela que lleva encendida toda la noche. Me siento en una esquina aguardando mi muerte cercana, recordando vidas anteriores, en la que la libertad inundaba los mares y ríos de vidas de los que ahora están encerrados aquí. La alegría de vivir no será futuro, será un hecho pasado tras los ojos de los presos. Espero que al menos mi familia sea digna de verme morir, en el último momento de mi vida. Me gustaría disfrutar de unas últimas partículas de aire puro antes del fin, mas sé que los sueños no siempre se hacen realidad.
Pasando por el corredor, al final una silla de metal. Nadie de mi sangre alcanza mis ojos. No han venido a verme. Es triste que mi vida acabe así. Me sientan en ese terrorífico matadero, y me preguntan por mis últimas palabras. Meditando como las flores, he pasado esta eternidad, así que enciendan la silla y digo, profundamente:
MIENTRAS LOS HOMBRES VAN PERDIENDO LIBERTAD, EL MUNDO PIERDE DIGNIDAD.

Y de entre los restos carbonizados del preso, salió una mariposa, volando hacia los cielos, signo de libertad que nunca pudo alcanzar.
                                                                               



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